Niños con Estrés





 Texto: Karla Angomás.
Fotos: Fuente externa.

 El estrés sólo compete a los adultos pero estudios recientes han demostrado que gran parte de nuestros niños pueden padecerlo.


SANTO DOMINGO.- A menudo pensamos que los niños viven en un mundo lleno de felicidad y fantasía y claro tratamos de suplir todas esas necesidades para que nuestros hijos no salgan de esa burbuja de protección y bienestar, pero la realidad es que los pequeños también tienen preocupaciones  tanto en su vida familiar como en su entorno escolar.

Nuestros niños desde muy pequeño se tienen que enfrentar a situaciones hostiles y estresantes, que precisan de gran capacidad de adaptación, pero cuando esta falla y los estímulos ambientales son superiores a ella, el estrés produce  un deterioro general, con repercusión  en el bienestar emocional y a la larga, en la salud del niño.




Ruth Pineda de Hernández, Psicóloga Clínica, Terapeuta Familiar y de Parejas explicó que el estrés puede afectar a cualquier persona sin importar la edad. Los niños sufren estrés y esto viene como respuesta a situaciones que el niño no logra controlar o comprender, generando un desequilibrio.

Según Hernández los síntomas físicos u orgánicos suelen orientarse a llamar la atención en los padres, mientras que los síntomas emocionales tienen mucho que ver con depresión y frustración.

La mayoría de los niños no tienen la capacidad de descubrir lo que les ocurre, por eso los padres deben estar atento a cualquier cambio que puedan presentar el infante, y más a sabiendas de que algo no va bien, ya sea en el hogar o la escuela.

Según la especialista los síntomas físicos que puede presentar el chico son:
Sudoración, nerviosismo, dolor abdominal recurrente, dolores en diferente localizaciones, alteraciones del sueño, pesadilla, insomnio, tartamudeo.

También puede presentar síntomas emocionales como tristeza, llanto inexplicable, rabietas, frustración, dependencia materna, ansiedad, miedos, fobias, terquedad, etc.



Los acontecimientos que pueden generar estrés son:

El nacimiento de un nuevo hermano, separación o divorcio de los padres, cambio de cuidadora, de domicilio o de habitación, ausencia de algún familiar, cambio de colegio, enfrentamiento con algún compañero o maestro.

También el ambiente puede ser causante de malestar en los niños, como los medios de comunicación, juegos, cumplimiento de hábitos, la alimentación, entre otros.



Para poder ayudar a nuestros pequeños tenemos que tener paciencia, no presionarlos, hacer una educación positiva en todas las facetas, estimulando, animando y procurando establecer una atmósfera de seguridad y serenidad en el entorno del niño, es la mejor manera de evitar que aparezca el estrés en los niños.









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